Alrededor de 8.000 viviendas de madera enaltecen esta encantadora ciudad portuaria de Noruega.
Como si de una película clásica de pescadores o piratas, Stavanger se ha mantenido fiel a sus orígenes, desde finales del siglo XVIII y principios del XIX, hasta la Segunda Guerra Mundial, no solo casas de madera, también podemos encontrar hermosos caminos bien cuidados hechos de piedra que nos guían a través de sus calles.
La gran parte de las casas en Gamle Stavanger son pequeñas viviendas, pintadas de una blanco radiante, adornadas en sus fachadas por flores y jardines. Es una hermoso lugar sobre el que pasear una tarde lluviosa, o quedarnos en casa cerca de la chimenea leyendo un libro mientras escuchamos el golpear de las gotas de lluvia sobre nuestra ventana.
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