Practicar natación en la actualidad, es ya considero como un deporte de lujo (o de ricos). En consecuencia a la “época de bonanza” muchos ayuntamientos se prodigaron en despilfarrar el dinero público (dinero que no era suyo) en construcciones para “ofrecer a los ciudadanos lo mejor” (era y sigue siendo mejor invertir en embellecer los pueblos que en dar de comer a las personas “que bonito es mi pueblo, pero que hambre tengo”), claro ahora con la “crisis” no disponen de una peseta para mantener los elevados costes del mantenimiento y accesorias piscinas, lo que ha llevado al cierre de muchos centros.
Una de las que menos a permanecido abierta, ha sido la del municipio de Cartaya. Abierta en Enero de 2011 y con un coste de 2,26 millones de Euros, se inauguraba como piscina climatizada y cubierta.
En tan solo 10 meses el servicio público cerro, con más de 550 usuarios dejados en la estacada y con sus 8 trabajadores en la calle.
Desde el Ayuntamiento se aseguró que la prioridad sería restablecer el servicio lo antes posible, aunque no como servicio público por su elevado coste, sino adjudicando su gestión a una empresa privada. (¿Para qué pagar impuestos si todo estará en manos del sector privado?).
1 año después la piscina sigue cerrada.
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